San Blas, Patrón de la Academia Vasca de Gastronomía.
Año tras año, el mes de febrero se inicia con la celebración del día de San Blas. Distintas localidades del País Vasco rinden tributo cada 3 de febrero a este santo protector de los males de garganta. Hay dos elementos indispensables en torno a esta festividad que no pueden faltar: cordones de algodón de distintos colores y dulces dedicados a San Blas. Según la tradición, si ambos se bendicen ante el santo, se coloca el cordón al cuello durante los 9 días posteriores y tras este tiempo se quema, el santo nos protegerá de enfermar de cualquier afección de garganta.
Aparte del sentido religioso de la festividad, San Blas adquiere también en Euskadi un toque más rural. Concretamente, varios municipios vascos celebran este día con romerías y ferias agrícolas y ganaderas dedicadas al santo.
Así, el 2 de febrero, Laudio acoge una feria llena de actividades: exposición y venta de productos agrícolas y artesanos, deporte rural, elaboración de morcillas, espectáculos de danza y música, un homenaje a los baserritarras de la zona, degustación de castañas… Uno de los platos fuertes de la jornada es la quema y el raspado del cerdo. En el marco de la feria también se celebra el Concurso Gastronómico de Txarripatas (manos de cerdo).
En Rioja Alavesa, el domingo más próximo al 3 de febrero se celebra el día de San Blas en Páganos, y tal vez por ser las primeras fiestas del año en la zona, tienen tanta aceptación.
Laguardia entera ‘baja’ a Páganos. Se baila el chulalai y se besa la reliquia. Es un día en el que son típicas las sopas de chorizo, el hojaldre y el vino rojo. También el vino caliente, quizás porque el frio tiempo lo requiere.
Es costumbre cada vez más extendida, acudir a la bendición de unos panes llamados ‘cachetes’ y hojaldres.
Por otro lado, en diversas localidades guipuzcoanas como Soraluze, Elgoibar, se preparan deliciosas tortas de San Blas. En Eibar se elabora una «torta de san Blas» hecha de huevo, harina, azúcar, manteca o margarina, y levadura, amasado con semillas de anís (componente utilizado en medicina como expectorante para el catarro) o esencia de anís y horneando la masa. Se le da forma aplastada con borde de picos. Se cubre con un merengue hecho con clara de huevo a punto de nieve con azúcar glaseado, que imita la cobertura de nieve normal en esta época en el paisaje. La tradición obliga que previamente sea bendecida para que cure la garganta. Se puede ver escultura en bronce ante la iglesia de San Andrés de Eibar-Gipuzkoa.
En el caso de la población de Idiazabal, también celebran la fiesta de la Candelaria. Esta festividad se desarrolla en torno a la bendición de velas y cera, que posteriormente serán encendidas en las diferentes desgracias que a lo largo del año afectan a la familia, así como en casos de tormenta.
Pero sin duda, es en Bizkaia donde la tradición del día de San Blas está más extendida. En Abadiño, se celebra una de las más importantes ferias agroganaderas del País Vasco. Cordones de algodón de diferentes colores son bendecidos antes de ser portados. Además de contemplar la muestra de ganado, todos aquellos que se acerquen al municipio de Durangaldea podrán adquirir hortalizas, frutas, queso, txakoli, pan, miel, plantas y productos de artesanía. También se organizan actividades especiales, herri-kirolak, bertsolaris y arrastre de piedras con bueyes.
Otros municipios de Bizkaia como Barrika o el barrio Axpe de Busturia también homenajean a San Blas.
Las fiestas de San Blas tienen gran importancia en Bilbao donde el día tres de febrero se celebra la tradicional romería de San Blas, en honor al mártir cristiano.
En la Plaza del Arenal se colocan los puestos donde se pueden adquirir las tradicionales rosquillas, caramelos de malvavisco y cordones de San Blas. Los bilbaínos y bilbaínas llevan los cordones para que sean bendecidos ante la imagen del santo de la Iglesia de San Nicolás, situada en la misma plaza. Posteriormente, la tradición manda colocarlo en el cuello, no quitarlo durante nueve días y quemarlo.
Academia Vasca de Gastronomía