Siendo la cocina italiana una estupenda cocina, la proliferación cuasi universal de pizzerías, mediocres en su mayoría, ha devenido en desprestigio para dicha cocina, al menos en su versión exportada. El recurso a uno de esos locales suele ser sinónimo de escaso precio y escasa calidad.
Sin embargo, en Bilbao (y Algorta, Sopelana y Vitoria, pues es una mini cadena) tenemos la suerte de contar con un establecimiento de ese tipo más que digno. Se trata de la pizzería Totó. Puede parecer extraño que en la guía de una Academia de Gastronomía aparezca un local de ese tipo, pero por qué referirse solo a establecimientos de alto copete, cuando se puede comer bien en locales más sencillos o de cocinas más sofisticadas.
Es el caso de Totó, donde las pizzas están bien elaboradas, desde la masa al horneado, los ingredientes son de calidad y variedad, y el servicio amable. A la decoración no se le puede pedir gran cosa y quizás si a la carta de vinos, que se hace insuficiente para acompañar la variedad de pizzas que el local ofrece.
¿Para cuando el salto a las pastas, que si mantuviesen la calidad de las pizzas las haría altamente recomendables?
Autor: Fernando Luis Barrio/Académico de Número AVDG