Acabo de enterarme de su muerte. ¡Cómo lo siento! Un ejemplo de caballero, de gran señor, rebosante de cultura y de ganas de hacer el bien. Y así quedará en nuestro recuerdo, como la persona que transmitía a todos templanza y moderación, esto es, la paz que en el evangelio se desea para todos, él la llevaba en su corazón y la hacía llegar a quien se le acercara.
Transparente como el agua, fiel como el amigo, ameno sin presunciones y culto hasta el fondo de las cosas, tendrá en mi y en nosotros el recuerdo y la gratitud de su presencia añorada.
Manuel Garaizabal- Académico de Número.
Fotografía: AVDG