Autor: Josema Azpeitia – Periodísta Gastronómico «Premio Euskadi de Gastronomía a la Mejor Labor Periodística 2012″
Resulta muy curioso que en la provincia de la gastronomía y las estrellas Michelin, incluso que en la «nación gastronómica» nadie haya dicho esta boca es mía ante una noticia que ha pasado totalmente desapercibida en los medios informativos y que debería, cuando menos, despertar el interés de cualquier persona interesada por la gastronomía, y es que a finales del año pasado la guía Michelin y Trip Advisor firmaron una alianza estratégica para tratar de controlar el mercado, cada vez más apetitoso, de las reservas de restaurantes, principalmente dirigidas al creciente sector turístico…
La noticia podría parecer una inocentada si nos la hubieran contado el 28 de diciembre. Pero nada más lejos de la realidad. Y no se trata de una simple sinergia, sino de una unión en la que se ha movido mucho dinero, aunque ni la empresa de neumáticos de Clermont Ferrand ni el gigante estadounidense propietario también de la central de reservas El Tenedor (The Fork) han soltado prenda sobre a cuánto ha ascendido la transacción, pues esta “unión estratégica” ha supuesto la compra, por parte de Trip Advisor, de Bookatable, la central de reservas que hasta ahora gestionaba Michelin y que cuenta con una base de datos de 14.000 restaurantes que ahora se suman a los 67.000 restaurantes existentes en Trip Advisor que se frota las manos al conformar la
mayor plataforma mundial “on line” de restaurantes.
Como digo, llama poderosamente la atención que nadie se haya hecho eco de esta unión, y los pocos medios que lo han hecho se han limitado a copiar y pegar, es decir, repetir como loros, la nota de prensa oficial que ambas empresas han puesto en circulación y que en nuestro entorno se ha encargado de difundir Europa Press sin añadir ni un gramo de opinión personal o análisis. Dicha nota recoge fielmente las declaraciones del vicepresidente de Trip Advisor que afirma que “Este acuerdo nos permite, no solo continuar con la expansión geográfica de nuestro negocio, sino ofrecer un servicio con mayor valor para restaurantes y comensales”
En cualquier caso, lo que llama realmente la atención es la disparidad entre los dos asociados. Que yo sepa, hasta la fecha la guía Michelin encarnaba la excelencia a nivel informativo y valorativo. Con sus detractores y sus manías y errores, la guía francesa era la más respetada de su sector, con un prestigio adquirido en sus 120 años de existencia y con un sistema de inspectores y valoraciones serio, riguroso y reconocido. Los inspectores visitan hoteles, bares y restaurantes, hacen sus valoraciones, pagan religiosamente la cuenta y, si consideran que un establecimiento debe subir o bajar de categoría, buscan una segunda o hasta una tercera opinión haciendo que otros inspectores lo visiten para cotejar los datos o, al menos, eso es lo que nos cuentan. En la guía Michelin, hasta el momento al menos, imperaba la seriedad y la profesionalidad, y así lo han entendido los chefs tocados por su varita como Martín Berasategui, su máximo exponente en nuestro entorno.
Trip Advisor, sin embargo, es un portal abierto en el que puede entrar cualquiera y escribir lo que le venga en gana, es decir, que no hay ninguna autoridad que controle la veracidad de las crónicas que se publican diariamente en la zona de comentarios de los diferentes restaurantes. Además, las publicaciones en Trip Advisor se realizan generalmente con un seudónimo, de manera que cualquiera puede efectuar los comentarios que quiera por groseros que sean, en contra de su competencia y esconder la cabeza bajo tierra sin dar la cara. De hecho, este sistema tan poco serio que sigue Trip Advisor ha hecho que a lo largo de su historia no hayan sido pocos los casos en los que el portal norteamericano se haya visto mezclado en polémicas cuando no en pleitos debido al poco control que ejerce sobre quienes publican en él sus comentarios.
Es decir, se han juntado el agua y el aceite, el blanco y el negro, la excelencia con la caspa… ¿Soy el único al que le parece algo contra natura y, cuando menos, digno de crítica si no de sospecha esta extraña unión?