Autor: Antón Perez-Iriondo. Académico de Número de la Academia Vasca de Gastronomía
Esta mañana me he desayunado con la inesperada necesidad de acercarme a Balmaseda para realizar unos trámites notariales. Cambio de los planes previstos, pero nada grave.
Las gestiones han terminado sobre la una del mediodía, el día estaba espléndido y Balmaseda ha mejorado su paisaje mas que notablemente en los últimos años. Ello me ha llevado a dar un paseo por la preciosa orilla del Cadagua y a buscar un lugar para el aperitivo. Recordaba una reciente reseña de un local al mando de gente joven e imaginativa que me apetecía visitar.
El Teike al mando de Iñigo Ramos y su novia, Naia Arenaza, se había reinventado durante la pandemia y virado al take away (de ahí su denominación) para sobrevivir.
No me ha costado localizarlo en la agradable y peatonal calle de Martín Mendia.
Después de una agradable conversación con el camarero y tras su sugerencia, hemos optado por probar una tortilla de patata a la trufa negra con un par de godellos.
La magnifica tortilla, el bonito local y el agradable trato nos han llevado inexorablemente a preguntar si era posible comer. Ningún problema en tomar el menú semanal. La tentadora carta no estaba accesible.
Las opciones a un magnífico precio de 15 € no podían ser mas apetitosas. Las expectativas se han cumplido sobradamente.
Como éramos dos comensales con “afición” hemos compartido de primero unos Guisantes salteados con papada ibérica y huevo a 65º y una Lasaña crujiente wanton de boloñesa. Los guisantes eran la sutileza, la lasaña la potencia de sabor. Magníficos ambos dos, magníficos.
Como segundo plato, Magret de pato con patatas baby confitadas y Entrecot a la brasa con pimientos asados y patatas (suplemento 6€). A destacar el magret con un ligero sabor ahumado y las patatas, algo tan humilde que permite brillar a los buenos cocineros.
De postre una magnifica Pantxineta y un yogurt casero con fresas que han mantenido el muy buen nivel.
Los fines de semana además de la carta, hay un par de Menús degustación de 5 ó 7 pases a un mas que razonable precio de 35 y 45€ para los que es preciso reservar con tiempo. Esa seria la parte mala, la buena que la gente sabe apreciar el buen trabajo.
En definitiva, un agradable local o terraza, un atento servicio y una magnifica comida.
Todo ello se aprecia mucho más teniendo en cuenta que en las Encartaciones, además del Casa Garras, poca cosa de gente joven y con ganas hay que destacar.
Lo dicho, un agradable descubrimiento.