Fotografía: Burduntzi – AVDG Zugarramurdi 19 Octubre 2016
Autor: Mikel Corcuera-Crítico Gastronómico, Premio Euskadi de Gastronomía a la Mejor Labor Periodística 1998; Premio Nacional de Gastronomía en 1999.
Publicado: Noticias de Gipuzkoa, Gastroleku, Saberes y sabores (1 Noviembre 2019)
Sobre el burduntzi, burruntzi o gerren ha escrito en numerosas ocasiones y con pleno conocimiento Ana Vega Pérez de Arlucea, periodista bilbaina especializada en asuntos culinarios, sobre todo en su variante más popular. “Me dirán ustedes que no hay nada más tradicional y telúrico que un cordero asado al burduntzi. Tan sólo brasas y un buen pedazo de carne se unen para crear
un resultado final mágico, digno de un festín medieval. Seguramente esta aparente sencillez es la que nos ha llevado a pensar que el asado al burduntzi es una práctica milenaria, pero no lo es tanto. La costumbre actual de abrir completamente al animal y tostarlo sobre el fuego sujeto a una cruz metálica es bastante reciente y con toda probabilidad nos vino de América”, nos dice
doctamente documentada.
Y se reafirma después la escritora: “Igual que el asturiano cordero a la estaca, se popularizó en los años 20 y 30 de la mano de emigrantes familiarizados con los asados argentinos. Personas como
Pedro Ordoqui, riquísimo indiano oriundo de Tolosa que, en torno a 1903, se instaló en una mansión del donostiarra monte Puio. Allí solía agasajar a sus invitados con asados al estilo argentino”.
Todo esto viene muy a cuento de un reciente acontecimiento en torno al tema expuesto. Ya que el pasado domingo, por cierto con un sol radiante que parecía agosto, y a partir de las 12.00 horas, se disputó en la Plaza Cubierta, bajo el ayuntamiento de Beasain, la V Edición del Campeonato de Euskal Herria de Burruntzi, en el que colaboró el propio Consistorio.
En las cinco ediciones que lleva hasta la fecha, el Campeonato de Burruntzi de Euskal Herria han sido organizadas por Jakitea Elkartea, Asociación de Cocineros de Gipuzkoa que tiene como objetivo impulsar y divulgar la cocina tradicional vasca y la cocina basada en productos locales de temporada, proximidad y de alta calidad. Dentro de esta filosofía, Jakitea colabora con diferentes eventos, haciendo una apuesta clara por productos con label de calidad y con denominación de origen.
El Campeonato de Burruntzi de Euskal Herria es un buen ejemplo de esta idea. Siete parrilleros (algunos inscritos fallaron) de todo Euskal Herria asaron una cantidad ingente de corderos lechales con Eusko Label que, además, pudieron ser degustados en forma de pintxo por el público asistente. Una parte de la carne asada fue valorada por un competente jurado en el que tuve el gusto y el honor de participar junto a personas ligadas con el mundillo gastronómico como el jovial Mikel Soto (periodista de Gara), los ilustrísimos carniceros Patxi Larrañaga (Lasarte) y José Manuel Olano (morcillas de Beasain), Martin Urkiola (presidente de la Cofradía de la Morcilla de Beasain), el quesero Gorka Asurmendi (de la imponente quesería Azkarra de la población alavesa de Legarreta),
el aiarra Iosu Larrarte, de El Diario Vasco y, por supuesto, el periodista legazpiarra Josema Azpeitia (que ejerció de presi). A la postre, fue Kalisto Ruiz de Azua, de Aramaio (Araba), quien se proclamó ganador de este campeonato. Su cordero lechal asado es el que más complació al exigente jurado tras pasar los controles de aspecto, aroma, sabor y jugosidad…
Su buen hacer le hizo valedor de la txapela, de 1.000 euros, y sobre todo, el honor de ser el mejor burruntzilari de nuestro país hasta el siguiente campeonato… Pero no acabó ahí el fiestorro porque hubo un monumental papeo posterior en el estupendo asador Kattalin de Juanma Garmendia y Arantxa Agirrezabala de la villa vagonera, que acogieron con sumo afecto (como siempre) a gran parte del jurado, amigos y familiares del mismo, así como a miembros de la organización del evento. Por cierto (si me callo reviento), y lo digo con cariño fraternal, las facilidades dadas por la organización del evento a los medios de comunicación, al menos en lo que a mí respecta, fueron manifiestamente mejorables.