En este mítico local inició su andadura profesional aquel personaje inquieto y visionario que fue Víctor Merino, prematuramente desaparecido y creador de restaurantes como La Sardina y El Molino, en Cantabria, o Cabo Mayor en Madrid.
Actualmente La Bodega del Riojano es propiedad, desde hace 12 años, de un grupo empresarial capitaneado por Carlos Crespo Viadero y Carlos Hernández de Sande que le han dado un gran impulso.
Su cocina -basada en la tradicional cántabra de las rabas, los caracoles, pescados y carnes lugareñas- se disfruta en un local histórico adornado por múltiples barricas donde excelentes pintores han dejado su estela, tradición que comenzó en los años 50-60, cuando artistas participantes en los cursos de la universidad de verano Menéndez Pelayo, plasmaban su obra en las tapas de las barricas, en las llamadas “Cenas del Riojano“.
Platos clásicos (pastel de cabracho, ensaladilla rusa, croquetas, arroz con leche…) que se salen –por arriba- de la media habitual; toques modernos (tacos de bonito marinado, raviolis de rabo…) muy bien ejecutados.
Servicio muy profesional y atento, buen ambiente y una gran relación calidad –precio. Dos comedores con capacidad para 140 comensales.
Precio medio: 30 €. Cierre semanal: domingo noche.
[ae-meta-team value=»Carlos Crespo Viadero y Carlos Hernández de Sande » meta=»Propietarios» /] [ae-meta-rating value=»13″ /]