Junto al pequeño puerto de Pedreña, donde atracan las populares pedreñeras se ubica este asador que no llamaría mucho más la atención que cualquier chiringuito playero o costero. Y, sin embargo, destaca por mucho de esa estirpe de establecimientos populares y bien merece una visita. Sardinas muy frescas y muy bien asadas, con el punto exacto de jugosidad, percebes, almejas de allí mismo, pescados salvajes (de verdad) del Cantábrico a la brasa y algunas carnes configuran una oferta estupenda en un marco informal pero con buen y muy amable servicio. Si es verano o el tiempo acompaña, pida una mesa en la terraza, desde donde en días limpios se contempla una magnifica vista del perfil de la villa de Pereda, en el que destacan dos hitos arquitectónicos como son el Palacio de Festivales de Saenz de Oiza y el Centro Botín de Renzo Piano.
Autor: Fernando Luis Barrio/Académico de Número AVDG