Fotografía: FAO
Autor: Aitor Alonso
Publicado: Sukaldean de “El Correo” y “El Diario Vasco” (15 de Diciembre de 2015)
La FAO enfatiza que son una alternativa más asequible a las proteínas de orgien animal.
El año que acaba de arrancar llega apetitoso y saludable. La Asamblea General de las Naciones Unidas lo ha proclamado Año Internacional de las legumbres, de manera que los amantes de la cuchara están de enhorabuena, pero también los productores y comercializadores de un alimento a veces en desuso, otras denostado y en ocasiones injustamente tratado. Sin razón, porque las legumbres, en cualquiera de sus formas y variedades, son una fuente esencial de proteínas y aminoácidos de origen vegetal. Son imprescindibles en cualquier dieta saludable.
El Año Internacional de las legumbres 2016, cuya organización ha recaído en la FAO (la Organización de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura), propone sensibilizar a la opinión pública sobre las ventajas nutricionales de las legumbres, que también forman parte por lo general de un sistema de producción de alimentos sostenible encaminado a lograr la seguridad alimentaria y la nutrición. Son productos, de hecho, indispensables en algunos países menos desarrollados, donde un plato de legumbres puede llegar a ser la única comida del día. La celebración del año internacional pretende «fomentar conexiones para aprovechar mejor las proteínas de este alimento en toda la cadena alimentaria; incrementar la producción mundial; utilizar de manera más apropiada la rotación de cultivos y hacer frente a los retos que existen en el comercio de legumbres», apuntan fuentes de la FAO.
Múltiples variedades
Las legumbres forman parte de la cultura alimentaria y de la dieta básica en buena parte de las regiones del mundo y son unos ingredientes clave en muchos platos nacionales y regionales tradicionales. En España es una evidencia, con el cocido y sus diferentes formas (madrileño, lebaniego, maragato, montañés…) como máximo emblema. Lo mismo que las alubias y las lentejas. Pero también lo es en el ámbito internacional. El falafel, el dahl y los frijoles cocidos son algunas de las formas más extraordinarias populares que adoptan las legumbres en otros países.
Y es que hay cientos de variedades de legumbres cultivadas en todo el mundo. Entre las más populares figuran todas las variedades de frijoles secos, como las alubias, habas de Lima y frijolillos. Pero también están los garbanzos, caupís, frijoles de carete y guandules.
Son enfatiza la FAO, una alternativa asequible a las proteínas de orgien animal -que tiene un coste por lo general más elevado- y por tanto ideales para mejorar la dieta en las zonas más pobres del mundo. La proteína procedente de la leche, por ejemplo, resulta cinco veces más cara que la que obtenida de las legumbres.